Como decimos en mi pueblo: "A pero que chingón", y es que en el siguiente video veremos como el dueño (esperemos que así sea y no un pobre del valet parking) de un bestial
Lamborghini evaluado en $225,000 grandes, por chingón termina entre dos autos, solo Dios y él saben que sucedió. Lo que si es seguro es que debió de tomar unas clasesitas previas, ni hollywood hubiera pensado una escena como esta...
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